Por el boom de la demanda de las pickup Hilux y el SUV SW4, que se fabrican en Zárate, la automotriz necesita aumentar la producción. Este año rondará las 145.000 unidades, pero no le alcanza. Hay demoras de siete meses en la entrega de vehículos, en el mercado interno, y trabajan contra reloj para cumplir con los compromisos de exportación.

Hace poco más de un mes, comenzó a sondear a sus proveedores locales para aumentar el ritmo de fabricación a partir del 2022.

Hay que tener en cuenta que la automotriz puede tener el plan de ampliar su capacidad productiva, pero tiene que asegurarse el suministro de todos los insumos y piezas para hacerlo.

Esta semana, la terminal informó a sus proveedores que llevará la producción a 167.000 unidades, a partir del año próximo. Todavía no es oficial, debido a que debe confirmar el visto bueno de algunos autopartistas. Para cumplir con los mayores pedidos necesitan hacer inversiones y el contexto económico no ayuda. Además, requerirían incorporar personal y ese es un tema complejo. Si la demanda cede, no es fácil reducir la plantilla por la rigidez de las leyes laborales. Este es el número máximo al que puede llegar la fábrica, trabajando a dos turnos, con feriados y fines de semana incluidos, en base a lo que puede abastecer su red de proveedores.

El problema es que la demanda de vehículos que estiman en la automotriz que tienen hoy, tanto interna como externa, es de uno 180.000 unidades anuales. Es decir, aún aumentando la producción a 167.000 vehículos, habría un faltante de unos 13.000 0 km. Toyota es el principal exportador de vehículos del país, con alrededor del 50% de las ventas al exterior del sector. Es por eso que la compañía apuntaba al número mayor, pero debe recortarlo a 167.000 porque ese es el umbral máximo al que pueden llegar los autopartistas locales.

A esto se suma un problema adicional que está creciendo: la presión del sindicato. En los últimos tiempos, el SMATA está adoptando una posición más dura en su relación con la empresa. Por ejemplo, en el reclamo de incorporar personal. Durante años, existía un idilio entre las autoridades de la terminal y el secretario del sindicato, Ricardo Pignanelli.

En este punto, desde el lado gremial, están resistiendo al incremento de la producción aduciendo que los operarios están siendo exigidos más de lo que considera SMATA como normal.

Por eso, la automotriz debe manejarse con mucha diplomacia para evitar que desde el gremio le bloqueen sus planes productivos.