“Después de una contracción tan abrupta como la registrada durante la pandemia, lo esperable es que la economía recupere los niveles de actividad. Y que lo haga a una velocidad relativamente acelerada”, remarcó FIDE, agregando: “La principal causa de la contracción económica tuvo que ver con factores no económicos, sino con restricciones sanitarias. Una vez flexibilizadas las mismas, y si el contexto no cambia, la actividad económica debería normalizarse. En esta línea, lo que se observa en el transcurso de estos meses es que la actividad económica ya comienza a superar los niveles prepandemia en algunos sectores”.

Así, remarcó FIDE, la economía no sólo deja atrás el impacto de la pandemia sino también revierte los datos de los años previos a ésta. A modo de ejemplo, graficó con el nivel de utilización de la capacidad instalada de la industria, que es el más alto desde que se desató la crisis cambiaria en 2018. “Los motores de esta recuperación han sido la industria, la construcción y, de manera más retrasada, el consumo. Y si bien en 2021 no se logrará recuperar todo lo perdido en 2020, la trayectoria económica continúa en el sendero esperado”, sostuvo.

“De cara a los próximos meses, los indicadores sectoriales relevados en el monitor de actividad de FIDE permiten anticipar que la dinámica de la actividad continuará expandiéndose al ritmo que lo viene haciendo hasta ahora. Entendemos que existen tres factores que tenderán a impulsar este rumbo: la flexibilización de restricciones sanitarias, la política de ingresos (la revisión al alza en las paritarias y bonos a los jubilados) y la expansión de la obra pública”, sostuvo el informe.

Estadísticas sectoriales como el nivel de despachos de cemento, fabricación de automóviles, producción industrial pyme y de la industria del acero, son algunos de los registros positivos en los que se basó el estudio para la proyección alcista de los niveles de actividad.

“Reafirmamos nuestras proyecciones de crecimiento anual para el PBI en 2021 en torno al 7,5%. De ser este el caso, el crecimiento superará las previsiones del Gobierno presentadas en el Presupuesto 2021 y se aproxima a las estimaciones más optimistas señaladas por FIDE a comienzos de año”, se subrayó en el trabajo, en el que de todas formas se aclaró: “Igualmente, no desconocemos que los problemas estructurales persisten”.

Al advertir sobre los aspectos “pendientes que tienden a condicionar esta dinámica en el corto plazo”, desde FIDE señalaron: “Por un lado, se encuentra la velocidad de la trayectoria desinflacionaria, su efecto sobre la trayectoria de ingresos y su impacto sobre el consumo. Por otro, la falta estructural de dólares”. Esto último, sobre todo en lo referido a la producción a la hora de importar bienes.